Blog de Literatura - Fomentando la Lectura

lunes, 26 de mayo de 2014

Algunas poesías de Emily Dickinson

Estoy leyendo una novela coreana, "Primavera helada". En ella hay un personaje, Dan, apasionado por los poemas de Emily Dickinson, y otro personaje, Mi-ru, que también la admira y por eso ha llamado a su gata Emily. Pienso que quien realmente adora a Emily Dickinson es la autora de la novela: Kyung - Sook Shin... pero, como sea, me dio ganas de leer a Dickinson. Por eso la publicación de poesía que sigue es sobre ella.
Emily Elizabeth Dickinson nació en Estados Unidos de América en 1830. Vivió una vida de reclusión y sus poemas no fueron famosos hasta después de su muerte. Hoy la consideramos representante indiscutible de la poesía norteamericana, pero, lamentablemente, Emily no pudo disfrutar de los aplausos en vida. Vaya una a saber si fue por timidez, vergüenza o miedo al rechazo, pero Emily mantuvo oculta su obra y recién fue descubierta, compilada y publicada por su hermana mayor cuando ya había fallecido.
Elegí cinco poesías para compartir con ustedes. Espero que sean de su agrado. 



Cualquiera que desencante

Cualquiera que desencante
A un solo ser humano
Por traición o por irreverencia
Es culpable de todo.

Inocente como un pájaro,
Gráfico como una estrella
Hasta una sugestión siniestra
Que las cosas no son lo que son.
 
 
 
No era la muerte, pues yo estaba de pie

No era la muerte, pues yo estaba de pie
Y todos los muertos están acostados,
No era de noche, pues todas las campanas
Agitaban sus badajos a mediodía.

No había helada, pues en mi piel
Sentí sirocos reptar,
Ni había fuego, pues mis pies de mármol
Podían helar un santuario.

Y, sin embargo, se parecían a todas
Las figuras que yo había visto
Ordenadas para un entierro
Que rememoraba como el mío.

Como si mi vida fuera recortada
Y calzada en un marco
Y no pudiera respirar sin una llave
Y era como si fuera medianoche.

Cuando todo lo que late se detiene
Y el espacio mira a su alrededor
La espeluznante helada, primer otoño que llora,
Repele la apaleada tierra.

Pero todo como el caos,
Interminable, insolente,
Sin esperanza, sin mástil
Ni siquiera un informe de la tierra
Para justificar la desesperación.
 
 
 
El corazón pide placer primero

El corazón pide placer primero,
Luego excusa del dolor,
Luego los pequeños detalles
Que matan el dolor.

Luego irse a dormir,
Y luego, si tiene que ser
El deseo de su inquisidor,
El privilegio de morir.


Que yo siempre amé

De que yo siempre amé
Te traigo la prueba,
Que hasta que amé
Yo nunca viví bastante.

Que yo amaré siempre
Te lo discutiré,
Que amor es vida
Y vida inmortalidad;

Esto, si lo dudas, querido,
Entonces yo ya no tengo nada que mostrar
Salvo el calvario.


Ningún cepo puede torturar mi alma en libertad

Ningún cepo puede torturar
Mi alma en libertad,
Pues detrás de este esqueleto mortal
Se teje uno de más valor.

No puedes horadar con un serrucho
Ni traspasar con una cimitarra
Dos cuerpos, por lo tanto perdura,
Amarra uno y el otro vuela libre.

El águila no se despoja
De su nido y, sin embargo,
Gana el cielo
Más fácilmente que tú.

Excepto tú mismo tal vez nadie pueda ser
Tu enemigo,
Cautividad es conciencia
Y también es libertad.
 

Cuántas veces estos cansados pies han podido tropezar

Cuántas veces estos cansados pies han podido tropezar,
Sólo mi amordazada boca puede decirlo,
Ensaya, trata de mover este horrible remache,
Ensaya, levanta si puedes aldabas de acero.

Acaricia la fría frente, antes ardiente,
Levanta si quieres el deslucido cabello,
Palpa los adamantinos dedos
Que ya nunca usarán dedal.

 

2 comentarios:

  1. Me han encantado los poemas, incluso me llevo a leer 'Primavera Helada'. ¡Me ha encantado el libro!, no, creo que es más, lo amo y a Kyung Sook por escribirlo. Igualmente con 'Por favor, cuida de mamá'.

    Lamento no comentar antes, tienes un blog excelente ¡Gracias por compartir esas increíbles historias de tan increíbles autores!

    Saludos~~

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    1. Hola. Muchas gracias! Siempre es lindo saber de quienes lo disfrutan :D

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